Asignatura: Taller Literario

Si te gusta hacer relatos cortos y otras obras literarias, matricúlate aquí... (Próximamente)

Profesora: Mizz Dreamy

Bienvenidos a todos a mis clases. Si queréis apuntaros, simplemente rellenad el siguiente formulario:

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-> Por qué me gusta escribir:

El primer trabajo que tendréis que hacer es simple... basta con escribir un microrelato (texto no superior a media página de Word) en el que se incluyan las siguientes palabras: hojas, fotografía, candado, ordenador, combinación, maletín.

XDDDDD

Más tarde pondré un ejemplo de cómo tenéis que hacerlo.

Este es un ejemplo (sorry por el doble post XD)

Y caían las hojas. Miré por la ventana, moviendo sobre el cristal los dedos con frenesí para quitar el vaho que lo empañaba, impidiéndome la visión.
Suspiré, al ver que el día seguía igual que antes. Gris. Simplemente eso. Un gris absurdo que lo empapaba todo, como una espesa bruma.
Con razón odiaba el otoño...
Desde que me mudé a San Francisco, por motivos de trabajo, no había vuelto a ver ni un mísero rayo de sol, ni un pequeño aumento de la temperatura. Era una ciudad bonita, había que reconocerlo, pero era incapaz de soportar ese aire gélido que parecía envolverla, como un candado con combinación que se cernía sobre la ciudad, oprimiéndola cada vez más.
Volví a suspirar, esta vez mientras me iba separando de la ventana y eché un vistazo rápido a mi apartamento, más que nada por tradición. Todo seguía como siempre: el ordenador sobremesa me esperaba en mi escritorio de caoba, sobre el que había dejado el maletín al volver del trabajo.
Las fotografías familiares en blanco y negro permanecían inmóviles sobre la mesa camilla del salón.
Sí; todo seguía como siempre. Absurda monotonía... Di paso a un tercer suspiro mientras me dejaba caer en el sofá de cuero negro, dispuesto a quedarme dormido.
Antes de cerrar los ojos, vislumbré un pequeño rayo de luz que provenía de la calle. Atónito, me asomé y pude comprobar que el sol había salido, con todo su explendor, y el cielo encapotado se estaba despejando.
Sonreí a mi pesar. Nunca me había dado cuenta de lo bonita que puede ser San Frascisco.


Está muy mal escrito y es bastante largo, pero es sólo para explicar cómo debéis hacerlo.

Hola Mizz Dreamy, he hecho mi primer relato corto, a ver que te parece ^^

Me encontraba mal, una agitación de mi cuerpo me despertó, me levanté con dolor de cabeza, no sabía que hora era. Con un temblor inquietante puse mis pies en las cómodas zapatillas de andar por casa, eran de lana, una mágica combinación el contacto frío de mis pies con el maravilloso calorcito que estas me proporcionaron, un anhelo que entrañaba durante toda la noche. Con un gran esfuerzo me levanté de la cama, comencé a notar una notable presión en la espalda, que como siempre me incomodaba a lo largo de todo el día. La penumbra del pasillo que entraba por la puerta medio entornada, me creaba una sensación familiar: la tristeza del día a día…
Con unos pasos ralentizados, bajé por la escalera, cogiéndome con fuerza a la baranda, mostrando una señal de inseguridad. Llegué a la cocina, alcé la vista, e hice un rápido examen visual a la habitación: Los platos sucios en el fregadero con el grifo goteando lentamente, la mesa sin recoger con medias tostadas, la nevera llena de hojas cogidas con imanes hechos de plástico barato… Me acerqué y cogí la que sobresalía, era una frágil invitación, editada con unas letras realizadas por un niño pequeño, y en su interior, una fotografía de ese niño, lo conocía desde hace cuatro años. La primera vez que lo vi fue cuando me pidió ayuda en el parque central. Yo estaba sentado en un banco viejo y agrietado con mi ordenador portátil sobre mis piernas y a mi lado el maletín donde lo guardaba todo ello para trabajar en los informes que no me dio tiempo terminar ese día, cuando de repente note que alguien me toco la espalda, era ese niño con una tristeza en la mirada, me dio una llave. Se trataba de la llave del candado de su bici, que se amarraba con firmeza a la farola adyacente a mi banco. Con una tímida voz, me pidió que si le podía ayudar, por lo que parecía no podía abrirlo. Me acerqué a aquella vieja bici de color azul celeste, me agaché, introduje la llave en la cerradura, y tras dos incómodos minutos de probar sin parar girando a izquierda y derecha, se consiguió abrir. La triste mirada de él fue surcada por una ligera sonrisa. Fue entonces cuando oí decir de sus labios: “Gracias”. Entonces se montó en su bici y comenzó a pedalear, apoyado por los dos ruedecillas que le conseguían mantener en pie. Al doblar la esquina ya no conseguí verlo, entonces, continué con lo que estaba haciendo…

Lo he exo de extenso como el tuyo, como digiste media pagina del word... nada más espero k te guste!
No he podido subrayar las palabras en el blog, pero tranki k están todas...jejeje

Ok, está bien, te pongo de nota un 8 ^^

Aquí pongo el segundo trabajo:

Escribir un relato corto de tema libre que no supere las 4 páginas de Word.

Eso es todo; esta vez tendréis que enviármelo por MP.

A los matriculados en la asignatura les voy a enviar por MP un ejemplo de cómo hay que hacer el relato.

¡Hola! Me apunto, y aquí dejo mi primer trabajo:

Cuando Sara volvió al piso en el que había pasado su infancia y juventud no se imaginaba que las emociones que había contenido durante años iban a salir a flote. Sabía que estaba allí por motivos de trabajo, y se instaló rápidamente. Colocó sus escasas pertenencias (un ordenador portátil y un pequeño bolso de viaje) en la habitación de invitados.

La casa ya no era la misma. Los muebles habían cambiado, había sido reformada, pero aún habitaban en ella algunos fantasmas del pasado, a los que Sara debía enfrentarse. Sentía en el ambiente una presencia que le indicaba que todo era lo mismo, aunque no fuera igual.

Respiró hondo, y por fin se atrevió a entrar al dormitorio que, años atrás, había sido su cuarto.

Los muebles habían sido eliminados de allí, como se imaginaba. No había rastro de su camita de madera negra de ébano, ni del tablón que abarcaba una pared entera, y que estaba repleto de fotografías y recuerdos de lo que parecía una vida pasada. Tampoco estaban allí sus objetos personales: ropa, pulseras, peluches y muñecos de la infancia… Todo se había perdido en el profundo baúl que es el tiempo. Al pensar eso Sara se acordó de algo importante. Eso no podía haber desaparecido. Si tenía suerte, nadie lo habría encontrado.

Se dirigió a donde antes estaba la cama, y contó tres baldosas hacia abajo y dos hacia la derecha. Levantó la baldosa elegida con cuidado. Con un poco de suerte nadie se habría percatado de su escondite secreto.

El objeto que se ocultaba bajo las tablas del suelo era un maletín de ejecutivo, cerrado con un candado de combinación secreta. Con un vuelco al corazón, Sara resolvió el candado, poniendo cuidadosamente la clave que ella recordaba: su propia fecha de nacimiento (1 de enero del 88). 1… 1… 8… 8. La cerradura cedió, y al abrirse el maletín la habitación se impregnó con un leve olor a vainilla y canela. Ésa era su colonia favorita. Rebuscó en el interior con las manos temblorosas. Todo lo que había ocultado, todo, seguí allí. Fotos, notas de clase, pequeños recuerdos, hojas de papel con más significado del que parecían tener, cartas de amistad y amor, juguetes, cosméticos…

El fantasma del pasado que ella buscaba, inconscientemente, cuando fue a instalarse allí, seguía intacto tras el paso de los años. Miles de recuerdos se agolpaban en su mente. Finalmente, tras contemplarlo todo y con los ojos llenos de lágrimas por la nostalgia, Sara cerró su caja de tesoros y se fue a dormir, pensando en la fugacidad del tiempo y a la vez, en todo lo que éste contiene.

Recuerdos que mantienen su esencia conservados en secreto, hasta que salen a la luz.

Muy bien, sister, me gusta mucho ^^
Te pongo un 9'5

Bien, he corregido el relato de Shell Longh:

-> La verdad es que el otro me gustó más, esta parte no em ha gustado mucho, se hacía algo repetitiva y monótona XD pero te pongo un 7.

(sorry.. )